domingo, 31 de enero de 2010

Aprendizaje precoz de idiomas



El hecho de comenzar a aprender idiomas a edades tempranas puede ofrecer grandes ventajas a los niños al activar los mecanismos naturales que estos poseen para la adquisición de lenguas, al tiempo que se amplía así el periodo de aprendizaje en el que se les ofrece una experiencia lingüística e intercultural cuyos beneficios formativos redundarán en su desarrollo cognitivo, social, lingüístico, acústico y personal (lo que incluye cualidades como la perseverancia y la participación), y finalmente, en la autoestima de estos alumnos.

Algunas ventajas para estos niños bilingües son:

El conocimiento. Cuanto mayor sea su conocimiento, más desarrollada estará su capacidad de pensar y razonar. Los pequeños bilingües en general pueden ser más creativos, y poseen una mente más abierta y flexible al conocimiento y al mundo en general.
La comunicación. Poseen doble capacidad de escribir y leer, manejando los dos idiomas con total libertad. Según algunos estudios, estos niños son más comunicativos y son capaces de elaborar frases más largas, y también más complejas.
La ventaja cultural. Tienen el conocimiento de dos culturas diferentes. La historia, tradiciones, geografía. Tienen una mayor motivación para averiguar, investigar y preguntar.
Oportunidades laborales. En el mercado laboral, es sin lugar a duda una gran ventaja el manejo de dos o más idiomas.
De esta manera, el aprendizaje precoz de una segunda lengua ofrece a los niños el primer “master” en capacidades y habilidades de la vida del niño sin esfuerzo alguno. Además, estas capacidades serán aplicables, no sólo a los idiomas, sino a todas las facetas de la vida.
Según la propia Comisión Europea, nunca es demasiado pronto para aprender un nuevo idioma. Cuanto más pequeño sea el niño, más facilidades tendrá para escuchar, familiarizarse, aprender otro idioma, y convertirse en bilingüe. Parece ser que esta facilidad para aprender otro idioma, además del materno, según los expertos, se debe a que en los primeros años de la infancia se desarrollan determinadas zonas del cerebro fundamentales en el aprendizaje lingüístico.
La adquisición de un segundo idioma supone aprenderlo en situaciones comunes, que favorezcan un desarrollo gradual de la capacidad de comunicarse en otra lengua. Es decir, si el niño vive en el país donde se habla este idioma, va al colegio o guardería, se relaciona con gente que lo habla de manera regular,... el aprendizaje del mismo va a realizarse de manera natural y sin mucho esfuerzo por parte del niño.
La manera de aprender es muy parecida a la de la adquisición del idioma materno. Se basa en, primero entender, pasando por el reconocimiento de palabras sueltas a frases enteras, y luego a hablar.
Si el niño que tiene acceso al idioma 'extranjero' es muy pequeño y está todavía aprendiendo a perfeccionar el suyo, (alrededor de los 2 a 4 años), es posible que la adaptación sea más fácil desde el punto de vista de poder emular los sonidos y querer comunicarse con los demás; siempre y cuando tenga acceso regular a ese nuevo idioma.
La pronunciación perfecta se adquiere también en este caso cuando el niño tiene menos de 5 años. No quiere decir, que un niño más mayor vaya a tener dificultades en obtener una buena pronunciación, simplemente le costará un poco más y tardará más tiempo.
¡¡Welcome to Europe, welcome home!!